jueves, 20 de marzo de 2014

LA SONRISA (INTERNACIONAL) DE IRLANDA


Acaba de pasar Saint Patrick´s Day en Dublín, y en muchas ciudades del mundo la fiesta de los irlandeses tiene un gran arraigo, como Nueva York y Sidney. En la capital de Irlanda un impresionante desfile y otros eventos atraen a visitantes de diferentes continentes. El sombrero, la bufanda o la corbata verdes nos aglutinan en una festividad emocionante y muy multicultural



Texto y fotos: Cristina M. Sacristán


Saint Patrick´s Day tiene la facultad de vestir a personas de todo el mundo de verde, y sacar de ellas su mejor sonrisa...



  Hay ciudades en el mundo donde te sientes uno más, porque la multiculturalidad las impregna flexiblemente. Nueva York, Berlín, Ámsterdam, Madrid... consiguen ese efecto de ONU, de mixtura fluida. También Dublín es una capital donde resulta fácil encontrar distintos acentos y orígenes, y ya el gran día de Irlanda, el gran día de los irlandeses que hay diseminados por el planeta, Saint Patrick´s Day, agrupa a seres humanos de toda edad y condición para pintarlos de verde, y algo de naranja y blanco, y mezclarlos con alegría.

  Con ese espíritu de buenrollismo se avecinaba el lunes 17, el pasado fin de semana en Dublín. Edificios teñidos de luz verde por las noches, tiendas y pubs orlados con globos de esos colores que conforman la bandera irlandesa, pequeños lepricornios que nos guiñaban un ojo, música celta o anglosajona vivaracha y estimulante... Les llaman "los latinos del Norte", y tras esta nueva visita a Irlanda ha sido fácil comprobar que el dublinés es sobrio, educado, más bien silencioso, pero que una pinta de Guinness, la música y unos amigos arrancan de su espíritu sonriente el mejor chiste, el comentario ingenioso, las ganas de bailar... Quizás Saint Patrick´s Day es sólo la rúbrica, el pretexto, para que brindáramos por lo fácil que es pasar buenos ratos en Dublín...



Este grupo de alemanes vivió la fiesta en primera línea y con fruición. De fondo, las típicas fachadas dublinesas.



  El día más largo de Irlanda no tiene lugar en junio, aunque oficialmente lo parezca. Ese 17 de marzo, en que se evoca al patrón de la isla esmeralda, comienza temprano, mientras la policía va organizando las calles que se acordonan y desvían para que uno de los desfiles más imaginativos de la Tierra tengan lugar. El placer para los 47 periodistas invitados por Turismo de Irlanda fue grande, ya que tuvimos la ocasión de acceder a algunos de los preparativos, entre los que se contaban la distribución de sombreros y gorros, tréboles para colocar en las chaquetas, pinturas y purpurina para las caras... Se diría que St. Patrick´s Parade en Dublín es el paso previo para el Carnaval de Río de Janeiro...

  Todo empezó en el siglo IV, cuando San Patricio fue capturado como esclavo y se dice que logró escapar de su prisión para retornar a Irlanda, donde se dedicó a evangelizar, con ayuda de un trébol que evocara a la Santísima Trinidad. Ese pasado cruento, salpicado de invasiones vikingas y piratas, tiene sus traducciones en cascos con cuernos, largas trenzas doradas y armaduras temibles, los cuales acompañan a los improvisados lepricornios, hadas y duendes, correspondientes a la tradición mágica irlandesa, que teñían de verde las calles de Dublín este pasado lunes, con una alegre algarabía.



Las hadas se confunden con princesas, y los lepricornios con espíritus del fuego... La calle se integró en el desfile y el desfile tomó la calle.



  En torno a medio millón de visitantes de los cinco continentes nos dimos cita en Dublín este pasado fin de semana, cuando los edificios más emblemáticos de la ciudad fueron iluminados por una bonita luz verde por las noches. En la capital irlandesa hay unos 1.200.000 habitantes, y si añadimos que muchos habitantes de la isla se acercaron al evento -y que estaban emocionadísimos con el Seis Naciones-, era de temer que la ciudad se convirtiera en un caos. Pero no: sorprendentemente St. Patrick´s Day es jolgorioso, la gente jaleaba a los que desfilaban, se implicaba; Temple Bar estaba a tope al anochecer y los restaurantes, llenos, y aun así no había grandes atascos ni nadie se te echaba encima, como ocurre con muchas fiestas populares que conocemos de cerca...

  Incluso había algo de entrañable en cómo tipos envueltos por una bandera o con pelucas y barbas de lepricornio se dirigían a los policías que se diseminaban por docenas por las calles neurálgicas, y, más allá, les ponían la mano en el hombro, canturreando y con el equilibrio algo dudoso... El ambiente era benigno, nada violento. San Patricio reina en clave de verdor isleño y de respeto...

Rinus es holandés y Luis, madrileño de pura cepa. ¿Quién lo diría?


  El alcalde de Dublín, Oisín Quinn, nos había recibido el sábado 15 con un coffee break en su mansión municipal. Los alcaldes dublineses rotan cada año, de modo que el poder no se les puede subir demasiado a la cabeza. Quinn me contaba, tras un speech, que el 17 de marzo es un pretexto ideal para que millones de personas conozcan los encantos de una de las Ciudades de la Literatura de la Unesco, con esos espléndidos escritores de los que les hablaré mejor próximamente (como Joyce y Beckett). De ese espacio donde han despegado con gran fuerza Google, Apple y otras compañías punteras. De su música autóctona, de su cerveza servida en un auténtico ritual, como sucede con su whisky. De sus sorprendentes viandas (tan desconocidas). De la simpatía de una población "amistosa, abierta"...




Miradas y colores de piel diversos, reunidos en Saint Patrick´s Day.



  El backstage ya era prometedor a las 10 de la mañana: músicos, bailarines, gente disfrazada de vikingos, de hadas o de duendes; ciclistas de época, cabezudos... se mezclaban sobre el asfalto en un paisaje anacrónico. Por ejemplo, la carroza del alcalde sólo sale un par de veces al año y una de ellas, lógicamente, es Saint Patrick´s Day.

  Y luego se mezclaron las percusiones, los saltos, las acrobacias. Se diría que a los irlandeses les corre la música por las venas, y eso se nota en el gran desfile de la mañana del día 17. Pero si algo nos sorprendió a los periodistas y bloggers allí presentes fue la implicación del público; cómo familias enteras, sus tres generaciones, se unían ataviadas para la ocasión, con amplias sonrisas, con gran animación. Cómo jalean al paso del desfile y, ante todo, su expresión risueña. En pelirrojos irlandeses, en morenos mexicanos, en blanquitos alemanes, en orientales de ojos rasgados.


Preparando el desfile, distendidamente, desde el backstage. La fiesta empieza mucho antes que el hit parade...

  En esta edición, el tiempo ha sido bastante benigno, lo cual fue de agradecer, especialmente en esa área de los Docklands en que pudimos tomar un Irish coffee al aire libre, disfrutando del sol. Y en este lunes tan largo, tan intenso, Temple Bar y otros pubs en torno al Liffey se llenaron de gente con muchísimas ganas de reír, de bailar y de tomar algo. Hay quien se asusta un poco del cariz que puede tomar Temple Bar en la noche de San Patricio, pero yo recomendaría a todo el mundo que se dé una vuelta por la zona para comprobar que la fiesta que se monta no es desagradable, aunque sí tumultuosa. Corre la cerveza con fruición, sí, pero también la diversidad, las relaciones sociales (y las amorosas y los flirteos, claro) y mucha energía contagiosa.




El gran dragón, los esqueletos gigantes, los bailarines disfrazados... San Patricio es imaginación y colorido.





  La gran hambruna del siglo XIX contrajo una fuerte inmigración a Estados Unidos y Canadá. De ahí que por ejemplo Nueva York fuera fundada por tantos irlandeses. También esa es una de las razones por las que el desfile neoyorquino del 17 de marzo es casi tan mítico como el dublinés. En los Docklands, esa área tan moderna de la ciudad que compitió con Capetown y Bilbao por la Capitalidad del Diseño, vemos una réplica del barco que zarpó al Nuevo Mundo, lleno de inmigrantes.


  En realidad, hay unos 17 millones de irlandeses por todo el mundo. Saint Patrick los pone de relieve...


 

Malishka, una locutora y cantante de Bombay, toma fotos con su dispositivo en la calle principal. Esta fue la fiesta de los 'selfies'.


  Tras su éxito en la pasada edición de los Oscar hollywoodienses, los selfies se prodigaron por Dublín el lunes. Gente que se inmortalizaba con la marea de sombreros, corbatas y camisetas verdes por detrás. Las redes sociales han ido moviendo miles de mensajes dinámicos y festeros. Todo el mundo quería ser original y se componía sus gafas, lazos o atuendos en casa...

  Les seguiré informando sobre Molly Malone, los grandes autores dublineses y otros aspectos de Irlanda no demasiado conocidos. Esos que hemos ido desentrañando esta semana... Al día siguiente de Saint Patrick, los dublineses habían retornado religiosamente a sus quehaceres. Pero su sentido del humor no decae, y al ir a comprar algo de literatura irlandesa en Grafton Street, carraspeando por la falta de sueño, el serio librero bromea: "¿Estás segura de que sólo tomaste una cerveza en Temple Bar?". Y es que, en Dublín, la calle es para pisarla.



Una marea verde se cernía el pasado lunes sobre el río Liffey... Luego se disolvió, como gotas de lluvia alegres, por la ciudad...


Para más información: Programa de radio en directo desde Dublín el 17 de marzo (Onda Vasca)
El domingo 30 de marzo, amplio reportaje sobre Dublín en el dominical del Diari Ara
Reportaje sobre Dublín concurriendo en la designación de Capital del Diseño (Deia, 2011)
Seguiré informando sobre música y escritores en la Ciudad de la Literatura de la Unesco
Las sorprendentes mesas irlandesas (y el ritual de la cerveza y el whisky)
Algunas fotos de mi primer viaje a Dublín y Malahide. Próximamente ampliaré con la visita más verde
Razones para viajar (El Tintero, 2014)
Turismo de Irlanda

2 comentarios:

  1. Soy Jesús, te cuento desde la cuenta de mi hermana que está activada :).

    Genial el artículo estoy totalmente de acuerdo contigo, St Patrick's es una fiesta universal de todos y para todos los descendientes de irlandeses y aquellos que son hijos adoptivos del país del trébol y el leprechaun :).

    Con ganas también de leer tu crónica en ese periódico.

    Atentamente,
    Jesús

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  2. Gracias, Jesús!

    Jesús es un inquieto y viajado blogger que vivió en Irlanda, tal y como podemos percibir en su crónica. Ambos tuvimos el placer de engrosar el autobús de los informadores internacionales en San Patricio, en una de la experiencias más emocionantes de nuestras trayectorias, y él aporta tanta inteligencia y dinamismo que es una gozada tenerle de compañero de viaje. A las pruebas me remito:

    http://www.vero4travel.com/2014/03/desfile-dia-san-patricio-dublin-irlanda.html

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